Los dos lugares que más me gustaron de Cusco no fueron ruinas ni sitios arqueológicos, sino fueron el pueblo de Chincheros y los sitios que visitamos en la tarde libre. El primero me gusto porque, por lo que vimos, era un poblado chiquito y cálido. Creo que el hecho de que el día que visitamos este pueblo haya sido un día soleado tiene mucho que ver con que este lugar sea mi favorito, porque lo hacía mas alegre, más acogedor. Siempre he querido vivir en un lugar así, apartado de la ciudad, donde todos se conozcan unos con otros. También me gustó la iglesia que estaba en la plaza donde vendían las artesanías, etc. La vista que había desde esa plaza era hermosa. En general el pueblo me pareció precioso y me encantaría regresar.
En cuanto a los lugares que visitamos en la tarde libre, me gustaron porque visitamos la ciudad de Cusco en sí, la conocimos. En pequeños grupos, nos dividimos y fuimos caminando a la plaza; así, pudimos ver las calles de Cusco, como vivía la gente. Al llegar, caminamos un rato por la plaza y luego nos fuimos al mercado de San Pedro. Me gustó porque caminamos, conocimos, etc. sin la presión de estar en un tour y tener que cumplirlo. Luego fuimos a San Blas, compramos algunas cosas y nos sentamos en la plazita a hablar y descansar un rato, viendo todo nuestro alrededor, tranquilos; finalmente, en la noche, fuimos a un café que estaba en la plaza. En general me gustó esta tarde porque estubimos relajados, sin presión y conocimos la ciudad, el verdadero Cusco.
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